La Felicidad es tu Objetivo

Como mujer, madre, profesional y esposa, he pasado por situaciones similares a las de cualquiera de ustedes. Momentos espectaculares y maravillosos, y otros tristes y amargos. Lo importante es no hacer de los momentos difíciles algo eterno, que nos aparte de nuestro verdadero objetivo. Y cuál es el objetivo? La felicidad!!!

Quedarte estancada en lo malo no te deja crecer ni permite abrirle la puerta a un futuro distinto.El crecimiento personal está relacionado con la búsqueda de la felicidad en todo sentido. Es importante entender que la felicidad es un objetivo de vida. Dejarla a un lado, significa sacrificar las ilusiones, los ideales, los retos, el amor, la persecución de metas entre otras cosas.
Crees que puedes vivir eternamente infeliz? Es este el legado que quieres dejarle a tus hijos, a tus nietos y a quienes están a tu alrededor? O estás dispuesta a hacer lo que sea necesario para buscar lo que realmente mereces?

Para encontrar la felicidad siempre es importante hacer cambios

El miedo a los cambios es una constante que la mayoría siente, sin embargo hay que pensar que la felicidad es un objetivo y los objetivos hay que planteárselos y tratar de alcanzarlos. Es absurdo quedarse en una zona de confort por miedos o inseguridades. Eso estanca la búsqueda de la felicidad. Además no nos ayudan a darle el bienestar que nuestra vida merece. La felicidad es tu objetivo por encima de todo y hay que luchar por alcanzarla. Cuando ella llega, es porque hemos sido capaces de encontrar lo que nos motiva, lo que hace del día a día un reto, una pasión. La rutina es la gran enemiga de la felicidad y es lo que detiene la búsqueda de nuestros sueños. Es necesario activarse y dejar a un lado los convencionalismos. Tener lo que queremos conlleva una cuota de sacrificio, pero al final siempre habrá válido la pena.

La televisión

Durante el transcurso de mi carrera, trabajé en empresas que contribuyeron a mi formación como profesional y me ayudaron a ser una mejor persona. Uno de ellas es RCTV, en Caracas, Venezuela. Fui presentadora de programas de TV dirigidos a la mujer mayoritariamente. Entre ellos, Estilos, Tras la fama, Historias de la Vida Real, Lo que Callan las Mujeres. Esas producciones sirvieron para darle herramientas a otras mujeres para inspirarlas a tomar las riendas de su vida e ir en búsqueda de su propia felicidad. Luego vendría una especie de magazine via social media, para ayudar a la mujer bajo mi propia óptica. 

Dora D’Agostino Lifestyle

Cuando culminé mi ciclo en TV, y al cabo de unos pocos años, comencé a darle forma a un magazine para ayudar a la mujer. Algo estético y real, que sirviera de referencia para alcanzar sus sueños, pero también para verse y sentirse bien, con la autoestima y la inspiración alta. Un sitio de Estilo de Vida que inspirara a alcanzar bienestar integral.

Es así como en Abril de 2016 nace este nuevo proyecto. Dora D’Agostino Lifestyle. Empezamos en las redes sociales a difundir mensajes de autoestima, de crecimiento espiritual, bienestar, decoración, empoderamiento, moda, viajes y otros tópicos que son parte de un estilo de vida moderno. Luego vendría mi libro.

La felicidad de alcanzar un sueño: Dueña de mi Vida

Cuando escribí Dueña de mi Vida, me inspiré en mi historia para ayudar a otras personas a animarse, al igual que lo hice yo, a hacer los cambios que fuesen necesarios para buscar la felicidad, independientemente de su edad. En él le doy un mensaje a la mujer. Un mensaje de valentía. “Rendirnos no es parte de nuestra esencia”. No podemos abandonar nuestras creencias.
Hoy, con la mayor firmeza y seguridad le digo a la mujer que esté leyendo este artículo que nunca es tarde para cambiar tu vida, para amar, para vivir, para empoderarte, para encontrarte, para trabajar, para sentirte bien, para cambiar de tu mundo.
Te invito a leer Dueña de mi Vida y a que te conviertas en portadora del mensaje. No solo puedes transformar tu vida; también puedes ayudar a otras personas a encontrarle un propósito a la suya.
La felicidad es tu objetivo. No lo olvides nunca!